5 de diciembre de 2008

Lunita bonaerence

Miré hacia el cielo y quedé sorprendida por la absoluta, brillante y hermosa profundidad del cielo. Era de noche, una de esas noches azuladas e inmensas. Al corto rato descifré el por qué de aquella inmensidad, había luna nueva. Si, lo se, soy una romántica, pero una romántica de la vida, no del amor. Estoy enamorada de aquella que cada día me sorprende con su belleza y sus virtudes, con su esplendor y sus fragancias, aunque como todo romance se encuentre con decepciones y fracasos. Pero igualmente tiene ese encanto divino me hace amarla. Por eso es generalmente, tan complicado enamorarse y ser feliz por siempre, ningún ser humano, ningún mortal, tiene la capacidad de sorprendernos y darnos felicidad todos los días. El día que sea así, me caso.

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