Capitulo 2: Final inminente
La noche lanusence no era ni un 10% de lo que algún día había sido, solo algunos bares a lo largo de una avenida, lograban que la población nocturna no emigrara por completo.
Gabi tenía 17 años, ella como todas sus amigas, salían todos los fines de semana desde hace casi 3 años, salvo alguno que otro, por diferentes razones.
Gabriela realizo el recorrido correspondiente, y relativo a su edad, por los boliches de la zona, y luego de mucho camino, ella y sus amigas terminaron en un boliche-pub local, uno que fue muchos en poco tiempo, uno de características muy precisas, uno de esos que pasaba desapercibido.
Laurita y Macarena llevaron a Gabi a otro bar, a tomar unos tequilas, antes de ir al boliche del cual eran Habitué; Pero esos tequilas se convirtieron en una cervecita, en un sex on the beach y así sucesivamente. “Se nos paso la noche”, notó Gabi, y así era, ya era hora de volver a casa, y el estado de las chicas no era digno de una duquesa, pero tampoco de un linyera! Lau observo en un momento de lucidez, la cantidad de controles policiales por doquier y comento “boludas vámonos en remis porque si nos agarra la cana cagamos”. Las tres salieron del bar, tomaron un remis y de camino a sus respectivos hogares pudieron notar vagamente, una luz muy fuerte en la puerta de aquel boliche-pub al que esa noche no pudieron concurrir.
Gabi y Lau fueron castigadas por el estado en el que llegaron a casa, la mamá de Maca nunca se entero.
El fuego siguió quemando, pero no la entrada de aquel lugar, sino las esperanzas de las muchachas y de muchas personas más.
Pero un día se apago.
Ítems de una lista negra se tachan lentamente, “uno menos” dice una amarga y obscura voz. La noche desaparece de a poco; desaparece y el fuego que tantos prenden, siempre se apaga. Lanús se llena de fantasmas, una vez más.
La noche lanusence no era ni un 10% de lo que algún día había sido, solo algunos bares a lo largo de una avenida, lograban que la población nocturna no emigrara por completo.
Gabi tenía 17 años, ella como todas sus amigas, salían todos los fines de semana desde hace casi 3 años, salvo alguno que otro, por diferentes razones.
Gabriela realizo el recorrido correspondiente, y relativo a su edad, por los boliches de la zona, y luego de mucho camino, ella y sus amigas terminaron en un boliche-pub local, uno que fue muchos en poco tiempo, uno de características muy precisas, uno de esos que pasaba desapercibido.
Laurita y Macarena llevaron a Gabi a otro bar, a tomar unos tequilas, antes de ir al boliche del cual eran Habitué; Pero esos tequilas se convirtieron en una cervecita, en un sex on the beach y así sucesivamente. “Se nos paso la noche”, notó Gabi, y así era, ya era hora de volver a casa, y el estado de las chicas no era digno de una duquesa, pero tampoco de un linyera! Lau observo en un momento de lucidez, la cantidad de controles policiales por doquier y comento “boludas vámonos en remis porque si nos agarra la cana cagamos”. Las tres salieron del bar, tomaron un remis y de camino a sus respectivos hogares pudieron notar vagamente, una luz muy fuerte en la puerta de aquel boliche-pub al que esa noche no pudieron concurrir.
Gabi y Lau fueron castigadas por el estado en el que llegaron a casa, la mamá de Maca nunca se entero.
El fuego siguió quemando, pero no la entrada de aquel lugar, sino las esperanzas de las muchachas y de muchas personas más.
Pero un día se apago.
Ítems de una lista negra se tachan lentamente, “uno menos” dice una amarga y obscura voz. La noche desaparece de a poco; desaparece y el fuego que tantos prenden, siempre se apaga. Lanús se llena de fantasmas, una vez más.
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